domingo, 12 de octubre de 2025

NOSOTRAS, LAS FEMINISTAS


                                                                        "La teoría feminista no es un  paradigma más al lado de otros, sino que se constituye en el Pepito Grillo de los demás paradigmas en cuanto sexistas o patriarcales". (La teoría feminista. De la Ilustración al Segundo Sexo. Celia Amorós y Ana de Miguel).






Nosotras, las feministas, no aceptamos que nuestro movimiento sea absorbido ni reinterpretado por corrientes que nada tienen que ver con nuestra lucha política. No somos parte de ningún otro movimiento, por mucho que se empeñen en parasitarnos. 

El feminismo es una teoría y un movimiento político autónomo, nacido de la conciencia colectiva de las mujeres como clase oprimida bajo el patriarcado.

Nos quieren convencer de que la defensa feminista de los derechos de las mujeres ya está contenida en otras teorías anticapitalistas, como si bastara con destruir la opresión económica para que el patriarcado desaparezca. 
Pero si el patriarcado no fue creado por el capitalismo, ¿que os hace pensar que su desaparición lo eliminaría?

La historia lo demuestra, sin feminismo, las mujeres seguiríamos siendo subordinadas incluso en los movimientos que se autodenominan más "revolucionarios". 

Nadie más ha liberado a las mujeres, sólo lo han hecho las feministas organizadas, con pensamiento, con estrategia, con leyes y poder político. 

Nos acusan de "querer la tutela del Estado" porque defendemos leyes que nos protejan de la violencia y porque exigimos una legislación abolicionista. 

Pero pedir leyes no es doblegarse, es ejercer poder político. No queremos que el Estado sea nuestro tutor; queremos formar parte de él, ser ese Estado. 

Queremos estar en el Parlamento, en los espacios de decisión, en los lugares donde se redactan las leyes que condicionan nuestra vida. No como figuras decorativas ni para cumplir un porcentaje, sino para transformar las estructuras. 

Luchar por leyes favorables para las mujeres no es pasividad; pasividad es dejar el poder en manos de los hombres "anticapitalistas" y confiar en que ellos, en su revolución, también se acordarán de nosotras. Nosotras no creemos en las buenas intenciones masculinas, y menos en las de quienes nacieron y crecieron fuera de la coeducación. Creemos en la organización política de las mujeres. 

La lucha existe tanto en las instituciones como en las calles, estos son frentes complementarios, no opuestos, como nos quieren hacer creer.  A veces se necesita la presión de la movilización, pero sin legislación no hay cambio estructural. 

Nosotras no queremos que las mujeres tengamos que vivir eternamente resistiendo, queremos que nuestras sucesoras disfruten de derechos concretos y duraderos. 

No queremos el Estado patriarcal que existe, pero tampoco queremos la ausencia de Estado. Porque cuando no hay Estado, rige la ley del más cruel, la ley de los hombres. Cuando no hay instituciones, el patriarcado no desaparece, se desata, porque no hay límite que lo frene. 

Por eso nuestra lucha no es por la desaparición del poder, sino por su redistribución justa y equitativa, donde las mujeres tengamos voz, voto y capacidad real de decisión.

Decir que las feministas somos "pasivas" por exigir leyes contra la violencia que sufrimos a diario es una burla a siglos de lucha. Fue gracias al feminismo que las mujeres votamos, heredamos, estudiamos, denunciamos agresiones y tenemos derechos sexuales y reproductivos -escapando así de la explotación y mercantilización de nuestros cuerpos-.Ninguno de esos avances fue una concesión voluntaria de los hombres, ni nació de ninguna otra lucha que no fuese la nuestra, la feminista, la de las mujeres organizadas políticamente. 

Nosotras no queremos la tutela de nadie, pero tampoco el vacío llegal.
No queremos ser esclavas del Estado patriarcal ni mendigas de la utopía masculina del anticapitalismo. Queremos poder político y leyes que defiendan la vida de las mujeres reales, aquí y ahora. 

Por todo esto, ahora y siempre seremos feministas. 
Solo y suficientemente eso, feministas. 





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